L脡XICO FAMILIAR
Pavese comet铆a errores m谩s graves que los nuestros, porque los nuestros se deb铆an a la impulsividad, a la imprudencia, a la estupidez y al candor. En cambio, los suyos nac铆an de la prudencia, de la sagacidad, del c谩lculo y de la inteligencia. No hay nada m谩s peligroso que esta clase de errores. Pueden ser mortales, como lo fueron para 茅l, porque de los caminos en que uno se equivoca por sagacidad es dif铆cil regresar. Los errores que se cometen por causa de 茅sta se enredan estrechamente: la sagacidad echa en nosotros ra铆ces m谩s fuertes que la irreflexi贸n o la imprudencia. ¿C贸mo liberarse de esas ataduras tan tenaces, tan fuertes, tan profundas? La prudencia, el c谩lculo, la sagacidad tienen el rostro de la raz贸n, su voz amarga, que argumenta con su l贸gica infalible, a la que no hay nada con qu茅 responder, s贸lo se puede asentir.
Pavese se suicid贸 en verano, cuando ninguno de nosotros estaba en Tur铆n. Hab铆a preparado y calculado las circunstancias de su muerte como alguien que prepara y dispone el transcurso de un paseo o de una velada. No le gustaba que hubiera nada imprevisto o casual es sus paseos y en sus veladas.
Cuando 茅l, los Balbo, el editor y yo 铆bamos a pasear por la colina se irritaba much铆simo si algo se apartaba de lo que 茅l hab铆a dispuesto con anterioridad... Lo improvisto le pon铆a nervioso. No le gustaba ser cogido por sorpresa.
Hab铆a hablado durante a帽os de suicidarse. Jam谩s le crey贸 nadie. Cuando los alemanes invadieron Francia y ven铆a a vernos a Leone y a m铆 comiendo cerezas, ya hablaba de ello... La guerra le produc铆a miedo, pero no lo bastante como para suicidarse por su causa. Sin embargo sigui贸 temi茅ndola incluso cuando ya hac铆a tiempo que hab铆a finalizado, lo mismo que todos nosotros. Porque nos sucedi贸 esto, que nada m谩s acabar la guerra volvimos a temer una nueva guerra y a pensar continuamente en ella. 脡l la tem铆a m谩s que todos nosotros, su miedo era mayor que el nuestro. El miedo en 茅l era el v贸rtice de lo imprevisible y de lo oculto, que parec铆a horrendo a la lucidez de su pensamiento: aguas tenebrosas, vertiginosas y venenosas en las desnudas orillas de su vida.
L脡XICO FAMILIAR, de Natalia Ginzburg
Pavese se suicid贸 en verano, cuando ninguno de nosotros estaba en Tur铆n. Hab铆a preparado y calculado las circunstancias de su muerte como alguien que prepara y dispone el transcurso de un paseo o de una velada. No le gustaba que hubiera nada imprevisto o casual es sus paseos y en sus veladas.
Cuando 茅l, los Balbo, el editor y yo 铆bamos a pasear por la colina se irritaba much铆simo si algo se apartaba de lo que 茅l hab铆a dispuesto con anterioridad... Lo improvisto le pon铆a nervioso. No le gustaba ser cogido por sorpresa.
Hab铆a hablado durante a帽os de suicidarse. Jam谩s le crey贸 nadie. Cuando los alemanes invadieron Francia y ven铆a a vernos a Leone y a m铆 comiendo cerezas, ya hablaba de ello... La guerra le produc铆a miedo, pero no lo bastante como para suicidarse por su causa. Sin embargo sigui贸 temi茅ndola incluso cuando ya hac铆a tiempo que hab铆a finalizado, lo mismo que todos nosotros. Porque nos sucedi贸 esto, que nada m谩s acabar la guerra volvimos a temer una nueva guerra y a pensar continuamente en ella. 脡l la tem铆a m谩s que todos nosotros, su miedo era mayor que el nuestro. El miedo en 茅l era el v贸rtice de lo imprevisible y de lo oculto, que parec铆a horrendo a la lucidez de su pensamiento: aguas tenebrosas, vertiginosas y venenosas en las desnudas orillas de su vida.
L脡XICO FAMILIAR, de Natalia Ginzburg
.jpg)
Comentarios
Publicar un comentario