CABO PALOS - Agosto 2023
Parri con:
SIRO (M.Luisa) LAGUN (Idoia), y NALA (Torremocha).
La abrumadora belleza de Nala lo intimida, con Lagun ya casi se sincroniza en hiperactividad, y con Siro comparte historia rescatista.
Siro tiene una cara picuda fascinante, unos ojos que brillan sobre el antifaz blanco que da la edad; y una felicidad exhausta, propia de esa rara circunstancia llamada abuelos adoptados.
M.Luisa lo adoptó hace unos años cuando ya tenía ocho, que para su tamaño y para no haber vivido en las mejores condiciones equivale a un animal ya muy senior. Lo tenía una señora en una casa hasta arriba de rescates, no es que fuera insostenible, es que no cabía ni la insostenibilidad. Es decir, tenía dónde elegir, y eligió al, en principio, poco deslumbrante Siro.
Tras adoptarlo vino la sorpresa de un jodido tumor al que no hubiera sobrevivido en su anterior techado.
Sin saberlo M.Luisa había rescatado in extremis. O lo que es lo mismo para otro tipo de pensamiento: una posible "elección fallida" de un perro mayor y además enfermo.
Pero Siro remontó en su Madrid natal y ahora pasa largas y ostentosas temporadas en nuestro Cabo. El pasado verano presa del pánico por la pirotecnia hizo malabarismos por escapar del infierno, saltó de casa y esquivó atropellos hasta llegar a las Amoladeras, allí un ángel le salvó de la muerte segura que regalan los excesos de velocidad en pleno agosto. Quién si no un ángel puede ser capaz de hacerse con un perro grande, sin collar y comido por los nervios. Así fue como M.Luisa lo salvó de nuevo.
SIRO (M.Luisa) LAGUN (Idoia), y NALA (Torremocha).
La abrumadora belleza de Nala lo intimida, con Lagun ya casi se sincroniza en hiperactividad, y con Siro comparte historia rescatista.
Siro tiene una cara picuda fascinante, unos ojos que brillan sobre el antifaz blanco que da la edad; y una felicidad exhausta, propia de esa rara circunstancia llamada abuelos adoptados.
M.Luisa lo adoptó hace unos años cuando ya tenía ocho, que para su tamaño y para no haber vivido en las mejores condiciones equivale a un animal ya muy senior. Lo tenía una señora en una casa hasta arriba de rescates, no es que fuera insostenible, es que no cabía ni la insostenibilidad. Es decir, tenía dónde elegir, y eligió al, en principio, poco deslumbrante Siro.
Tras adoptarlo vino la sorpresa de un jodido tumor al que no hubiera sobrevivido en su anterior techado.
Sin saberlo M.Luisa había rescatado in extremis. O lo que es lo mismo para otro tipo de pensamiento: una posible "elección fallida" de un perro mayor y además enfermo.
Pero Siro remontó en su Madrid natal y ahora pasa largas y ostentosas temporadas en nuestro Cabo. El pasado verano presa del pánico por la pirotecnia hizo malabarismos por escapar del infierno, saltó de casa y esquivó atropellos hasta llegar a las Amoladeras, allí un ángel le salvó de la muerte segura que regalan los excesos de velocidad en pleno agosto. Quién si no un ángel puede ser capaz de hacerse con un perro grande, sin collar y comido por los nervios. Así fue como M.Luisa lo salvó de nuevo.
A seguir deleitándose un indeterminado tiempo más con la vitalidad sorprendente de un ejemplar que, fuera de apariencia, resultó ser del todo centelleante.
Porque el mejor pedigrí es el improbable, un sin-raza adoptado siendo abuelo y, por si fuera poco, reincidente.
Audio: Binary - "¿Qué está pasando?"
PROCESIÓN VIRGEN DEL MAR
audio: Depeche Mode - "Ghosts again"
audio: CHORUS HARM - Kiss me
Con serigrafía en verde agua, azul claro o azul acero.
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