777 - Play a la aut茅ntica bestia.
脷NICO POST NO ETIQUETADO PARA QUE PASADAS UNAS SEMANAS SE PIERDA EN EL CYBERKAOS Y ABANDONE SU FUNCI脫N "PRESENTE" XD
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"777 Play a la aut茅ntica bestia"
Es el siete un n煤mero con el que me entiendo, nac铆 en los setenta, vivo en el n煤mero siete, y descubr铆 el placer de darle por primera vez al play al cumplir mi s茅ptimo a帽o.
Recuerdo el emocionante contacto con los botones de cualquier cassette que me dejaran, hasta los diez no tuve uno propio. En mayo del 86 mis padres me regalaron un cassette con sorpresa dentro, el segundo disco de Madonna, "Like a Virgin". Yo so帽aba con uno de doble pletina petado de teclas con el que fliparlo cuando jugaba a profesora de baile de mis amigas. Pero para mi familia ya era una proeza el gasto de las cinco mil pesetas de entonces, de las ochenteras.
No s茅 a qu茅 edad empec茅 a bailar, s茅 que era muy peque帽a porque a mi mejor amiga y a m铆 nuestros padres nos sacaban de los locales d谩ndonos palos en el culo. Recorr铆amos todas las zonas, Trips, Charlie Brown, Wanity, el Miky, el CB, Chinchorro, La Balsa... Todos los veraneantes nos conocemos, por lo que entre eso y que hac铆amos gracia vestidas de Madonna con la barbilla tan alta como para duplicar altura, cuando no era uno era otro el local que esa noche nos conced铆a el deseo.
Empezar a vivir la noche siendo tan ni帽a intensifica las sensaciones, los colores, las luces, la m煤sica, las c贸mplices sonrisas, y la mezcla de todo ello crea un para铆so con el que un ni帽o a煤n no le ha dado tiempo a so帽ar. Siento que he tenido una de las mejores infancias y adolescencias que se pueden tener, incluso llevando demasiadas papeletas para todo lo contrario. Pero alguien que ama la m煤sica por encima de todo lo que conlleva la noche est谩 siempre a salvo, de uno mismo lo primero.
No s茅 en qu茅 momento el para铆so comenz贸 a pixelarse. No lo recuerdo exactamente, pero a los veintitantos, casi como una revelaci贸n, comenc茅 a darme cuenta de que pr谩cticamente todas las personas me parec铆an de una gilipollez extrema, dependiendo de mi humor yo me inclu铆a muchas de las veces. Desenga帽os amorosos, problemas familiares y traiciones "amistosas" que no imagin茅 ni en mis peores bajones post-party, me devolvieron a una realidad fascinantemente oscura, y de la que me enamor茅 para poder vivirla hasta sus 煤ltimas consecuencias. Era lo 煤nico que ten铆a, me mola ser pr谩ctica.
Siete a帽os de soledad, a excepci贸n de cutres picoteos y encuentros desfasados de tercera fase, es demasiado tiempo para alguien acostumbrado a la buena vida, o a lo que yo consideraba buena vida; rodeada de gente, m煤sica y nocturnidad perenne.
Perd铆 a todos mis amigos, a unos de forma radical, a otros de forma inexplicable, de golpe y porrazo no encontr茅 de d贸nde echar mano. No soy de pedir ayuda, y ese defecto se convirti贸 en uno de los pocos placeres, en el absurdo alivio de comprobar que no hab铆a d贸nde pedir nada. Es muy dif铆cil transmitir esta sensaci贸n de soledad porque el que tiene a alguien cerca, aunque no cumpla todas sus expectativas, nunca puede llegar a entender lo que es no tener siquiera eso, expectativas. Para explicarlo de manera m谩s clara tendr铆a que entrar en detalles y desarrollar mucho m谩s. Y la finalidad de este escrito no es remover el dolor, pero el haber cumplido un sue帽o hace que me atreva a crear un contexto para el v铆deo, dejarlo por escrito y no olvidar este contraste. Sobre todo porque la 煤nica sensaci贸n fuerte que tuve en esos siete a帽os fue la impresi贸n que me produjo comprobar cu谩ntas veces seguidas se puede tocar fondo. De alguna manera me entretuve maravillada con ese descubrimiento; cualquier cosa menos aburrirme.
Soy obstinada, y por m谩s que me caiga me levanto como una ni帽a peque帽a que con determinaci贸n pero haciendo equilibrios sabe desde muy chica que la cabeza le pesa m谩s que el cuerpo.
S茅 que nunca me di por vencida fue porque el papel protagonista lo tuvo la m煤sica, muy por encima de mi voluntad, aunque a煤n no sepa si con la m煤sica dejo de ser yo o lo soy m谩s que nunca.
Hac铆a siete a帽os que Madonna no pisaba Espa帽a, en el 2001 compr茅 la entrada para ir a verla a Barcelona, pero estaba tan hecha polvo que la vend铆, cre铆a que no me merec铆a una alegr铆a tan grande. Esta vez tambi茅n tuve mis dudas y temores, pero ahora estaba a huevo, "se帽alizado" al extremo; dos ciudades nada probables para un espect谩culo como el de ella coincid铆an con las dos ciudades que m谩s me han marcado, Sevilla donde nac铆, Valencia donde he estado renaciendo desde hace dos a帽os.
Me gustan cientos de m煤sicos, pero Madonna siempre ha representado para m铆 algo que supera mi capacidad de entendimiento, algo as铆 como la religi贸n: no s茅 si es una diosa o una perra, pero le tengo fe.
Con ella me gusta dividir a la sociedad en dos categor铆as (para qu茅 sirve la sociedad si no es para
cataloKagarla), los simples que creen que ella representa la absorci贸n de la industria discogr谩fica y el marketing tir谩nico y los pocos avispados que saben que hace ya muchos a帽os que la industria se le qued贸 peque帽a y del tedio que le produc铆a decidi贸 zamp谩rsela. Porque te guste m谩s, poco o nada, Madonna es la artista m谩s grande de todos los tiempos; la m谩s fuerte, la m谩s creativa, la m谩s inteligente, la m谩s cuestionada, la m谩s manipuladora, la m谩s rica en matices, la m谩s en茅rgica, la m谩s influyente, la m谩s poderosa. Y nosotros, pobres diablos, tenemos la suerte de vivir en su generaci贸n, todo un lujo poder disfrutarla en vida, pues una vez que "no est茅" se convertir谩 en el mito m谩s universal que haya dado nuestra cultura.
Y todo esto es que, resumiendo y yendo al grano, verla y escucharla me ha hecho siempre feliz desde que hace 25 a帽os, cuando ten铆a 7 a帽os, le di por primera vez al play. Todo lo dem谩s contado, aunque parezca mucho m谩s profundo importa mucho menos. D谩ndole al play absorves el presente, todo lo dem谩s ha de sobrar.
Si no es as铆, mal asunto tienes entre manos.
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