El oscuro caso de una gasolinera de Alcantarilla.

Mi hermano sale con el coche a currar de repartidor como cada día, me parece peligroso que pase tantas horas al volante, pero está jodido ahora cambiar de curro.
Son las nueve y algo, y no, no me he levantado aún, y que me despierte cualquier sonido indeseado; es decir, cualquier cosa que no sea música, me hace sentir la versión femenina de American Psycho. Comienza el teléfono a sonar. Me dirijo al salón esquivando los espejos para no caer en la ridícula tentación de amenazarme a mí misma. Descuelgo. Quién coño es? Deseo gritarle convencida de que al otro lado hay alguien que me quiere vender un colchón (con regalo SÓLO ESTE MES!! de un DVD sobre colchones de la historia), tal vez un seguro de hogar (con regalo SÓLO ESTE MES!! de un DVD sobre los incendios caseros más célebres de la historia), o puede que me intere PRECISAMENTE ESTE MES cambiar de compañía telefónica, regalo de una tostadora inalámbrica. Oportunidades que hay que calibrar. Sin embargo, justo en el último segundo, imagino al pobre teleoperador hasta los mismísimos de sí mismo y de su mecanismo, y sólo suelto un inocuo...
-Sí?
....

-Le llamo desde la comisaría de Alcantarilla. Vive ahí X?
- Sí, pero ahora mismo no se encuentra aquí, algún problema?
- No hay de qué preocuparse, tranquilidad. Es usted hija o hermana de X?
- Sí, es aquí, es aquí... Me puede decir qué pasa?
-No hay de qué preocuparse, tranquilidad. Tienen ustedes un Peugeot 307 negro matrícula ____?
-No me sé la matrícula, pero es un 307, sí...
-No hay de qué preocuparse, tranquilidad. Lo conducía esta mañana su propietario?
-Lo conducía mi hermano, está bien?
-No hay de qué preocuparse tranquilidad, entonces el nombre de su hermano es..?
- Samuel...Qué ha pasado?
- No hay de qué preocuparse, escuche, su hermano trabaja por esta zona?
- Sí, ahora reparte por allí, puede decirme qué es lo que ocurre?
-Con tranquilidad, escúcheme, sólo quiero evitar una denuncia. ¿Puede usted localizarle?
-Gracias, Gracias...
-Puede llamarle entonces?
-Gracias por decirme por fin, aunque sea tan sutilmente, que sus constantes vitales siguen con nosotros.
-Tranquilidad, no pasa nada... Lo único que ocurre es que su hermano ha llegado a la gasolinera situada en blablablablaaaaaaaaa de Alcantarilla y blebleblebleeeeeeee, blublubluuuuuuuuu.... ha echado 10 euros y no ha pagado. Que por otro lado consideramos que se debe a un despiste.
-Pues teniendo en cuenta que cada día tiene que ir a echar gasolina allí, va a ser eso.
- Tranquilidad, no hay de qué preocuparse, usted le avisa y nos ahorramos todo el proceso de la denuncia, una chica de la gasolinera se encuentra aquí.
- En lugar de esperar unas horas a ver si volvía ha ido a comisaría?... Podría pasármela, por favor?
-No, no..., creo que ha vuelto ya a su puesto de trabajo. Tranquilidad, zanjemos el asunto.

Qué don el de este hombre que es capaz de desquiciar con tanta tranquilidad. Con lo fácil que hubiera sido desde el segundo uno decirme que a mi hermano se le ha ido la pinza y no ha pagado la sopa. Nada como el lenguaje coloquial para ir al grano. Tras comprobar mi hermano la que se había montado no se le ocurre otra cosa que despertarme por segunda vez :

- Te has enterado ya de mi último gran palo?

- Sí, y también de la necesidad de emociones fuertes de la poli de Alcantarilla.
Mientras vivas conmigo te quitas la mala costumbre de atracar gasolineras antes de la caída del sol, capisci?

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