MANUEL VILAS - carta
Si Samuel hubiera hecho como Manuel Vilas abandonando un trabajo en el que no hab铆a ni rastro de su val铆a, si hubiera dedicado ese tiempo a aporrear a煤n m谩s su guitarra el茅ctrica hasta roer los acordes que buscaba, muy posiblemente, seguir铆a vivo.
Cuando padre (as铆 lo llam贸 茅l) muri贸, ese maldito curro que durante a帽os consum铆a una mecha muy larga y muy lenta y muy oleosa, le explot贸 en la cabeza.
La mecha hab铆a resistido enga帽osas d茅cadas, pero al irse padre, se consumi贸 en el soplo seco de lo inmediato.
Tres meses tarda un cerebro en superar la primera fase de shock y asumir el primer fotograma de la peli venidera.
Manuel Vilas ni siquiera consideraba su antiguo ejercicio odioso, "solo" que sab铆a que en tal trabajo no hallar铆a su raz贸n de ser. Lo sab铆a con pruebas, controles, veinte a帽os de examinarse como profesor. Aprobaba siempre a sus alumnos aunque 茅l mismo no aprobara.
Las cosas funcionan justo al rev茅s en todo 谩mbito.
A Samuel no le daban el suficiente por bien que lo hiciera. Se autoatrap贸 en la mortal estabilidad de un sueldo fijo, a cambio de aguantar lo que no se presta ni a an谩lisis, mucho menos se prestaba a sustento vital.
Sin hijos, sin deudas, con bastantes ahorros y mucha meloman铆a, grandes condiciones para escapar. Pero se autoatrap贸 adorando el tranquilizante de su padre, de su amad铆simo padre: el calmante de un sueldo fijo.
Ay, si padre supiera en qu茅 qued贸 el salario, en qu茅 qued贸 su preocupaci贸n por el futuro, sus c谩lculos de jubilaci贸n...
Pero nadie que trabaja desde los nueve a帽os tiene pelaje de tonto, lejos de ser un iluso, padre ten铆a raz贸n en su preocupaci贸n, ol铆a a humo y chamusquina todo el tiempo. Sab铆a que se gestaba un incendio.
Y apost贸 toda soluci贸n en que sus hijos lograran al menos lo que logr贸 茅l con esfuerzo demoledor, el gran hit de un sueldo a prueba de bombas, por modesto que fuera.
Su preocupaci贸n era leg铆tima pero, la apuesta, una estafa. No existe ning煤n sueldo a prueba de bombas, porque las mechas son traicioneras si no amas lo que haces.
Yo quer铆a hablar de Manuel Vilas, pero Manuel es, entre mucho, esto.
Vilas es el amor a los progenitores hasta 煤ltimas consecuencias, el continente de sus muertes besando los contenidos m谩s v铆vidos. El hijo escritor revela a unos y recuerda a otros que sus padres, y los nuestros, son el primer gran enamoramiento que dise帽a el destino. El destino impuesto o creado, el destino de unos padres elegidos por nosotros o por no sabemos qu茅 misterio o azar, y en todo caso el amor con el que estamos destinados a descubrirnos a nosotros mismos y alcanzar un potencial solo alcanzable con la vida y muerte de quienes nos colocaron en medio del desastre. El primer amor desgarrador, incluso odi谩ndolos, o sobre todo a veces odi谩ndolos.
Haber descubierto hace poco al hijo escritor se acontece como otro enamoramiento de mi colecci贸n plat贸nica, sobre todo en el aspecto acojonador, porque Vilas acojona.
No digas que no acojona alguien que es capaz de resucitar a la pe帽a, sin abusar de trucos y simbolismos, resurrecci贸n org谩nica. Los trae y los lleva como Perico por su casa. Y eso que est谩n incinerados, lo cual suma nivel.
脡l, antes de ponerse a resucitar, en alg煤n momento intuy贸 sus superpoderes. Pues Manuel renunci贸 a lo que conoc铆a, se divorci贸 de su n贸mina docente y decente, y se tir贸 de cabeza a ser 茅l sin saber qui茅n era.
Y no existe nada m谩s salvajemente l贸gico en este corta representaci贸n que se nos concede cogida con pinzas disfuncionales.
Con la desverg眉enza de su relato se alimenta la cifra que nadie se atreve a calcular: el 99,9% de las familias somos disfuncionales.
Es decir, que el t茅rmino como adjetivo-peyorativo pierde el sentido en el 谩mbito familiar por ir impl铆cito, y habr铆a entonces que resaltar el hecho contrario en el complicad铆simo caso de localizar una familia no-disfuncional.
Vilas transmite una pila de movidas con una prosa hipn贸tica y muy colocada, aunque no se dope como anta帽o. Conserva el humor de quien se las ha pegado muy gordas, se reconoce en su sonrisa un cachondeo semicontenido de quien ha flotado, ca铆do y subido sin parar en el para铆so de la inconsciencia.
Alterna el humor y la crudeza con mucha direcci贸n, como si quisiera seducir a alguien hasta la locura. Tiene maneras seductoras hasta para expresar su nostalgia por el alcohol.
Comparte tanto y tan a pelo, que acabo pregunt谩ndome a qui茅n se est谩 declarando, a qui茅n ha elegido para despelotarse as铆, como si estuviera dispuesto a cualquier cosa con tal de conquistar a un ente en concreto, aunque sea solo para llevarlo al huerto. Se puede ser intenso por objetivos ligeros. Vamos que si se puede.
No resulta cre铆ble que tengamos la suerte de que esto sea para todas y todos.
No se conforma con arrastrarte, quiere hacerlo a trav茅s de mezclas no convencionales, una sumisi贸n qu铆mica con patente. Mezcla memoria de tristezas con la mism铆sima muerte, la agita como el s贸lo sabe, y te presenta un copazo de alegr铆a trascendental. Al principio da un poco de miedo, hasta que te vuelves adicta. Engancha lo suyo leer a un hombre minimizando los trucos para entrarte con honestidad, aunque sea intentarlo. Los trucos siempre est谩n para el que escribe, es una gozada cuando se minimizan.
Por ello lo meto en mi top 3 de bestiajos que m谩s te empujan a escribir sin pamplina: la-Patti Smith, Ia-Allende y el-Vilas.
脡l se dedica a presentar nuevas mezclas porque en s铆 mismo es una gran aleaci贸n: mente aterrada de ni帽o canijo y coraz贸n de inteligencia viej铆sima. El cangrejo del astro.
El cangrejo necesita drogarse y drogarnos, recuperar las sensaciones de las primeras etapas del para铆so en las que el miedo no era leitmotiv. Cuando nuestros padres eran j贸venes y nosotros m谩s que ellos.
Con esta carta pulo la intenci贸n de agradecerle su obra, gracias al autor por "el mejor recordatorio del mundo", pues 茅l viene a recordarnos lo que nos empe帽amos en desplazar. Recordarnos que ser fuerte e independiente no es escapar de los padres, sino todo lo contrario, atreverse a evolucionar reteni茅ndolos sin condiciones. Incluso si no podemos perdonarles por completo o, sobre todo, cuando no podemos perdonarlos. Retenerlos con los aciertos, la oscuridad y la miseria, reinventarlos cuando nos convenga, cualquier cosa antes que abandonarlos. Reversiones y revisiones para amarlos m谩s all谩 de la cremaci贸n o el hueso.
Hay algo peor que tener una madre o un padre de "emociones dispersas", y es no haberlos conocido jam谩s, no tener siquiera oportunidad de fortalecerse con el desprop贸sito parental. Que es el m谩s da帽ino, pero tambi茅n sagrado.
Gracias, por recordarnos que la valent铆a nace de la aceptaci贸n, y que la aceptaci贸n y la revaloraci贸n mueven y sanan la r铆gida historia de la sangre.
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