Diario incierto V

Quinto ingreso desde la primera y exitosa operaci贸n.

Cuarto ingreso de Enrique en estos 煤ltimos cuatro meses, cuatro meses de fiebres irrefrenables. 
El segundo remedio operativo hab铆a sido peor que la propia enfermedad potencialmente mortal, pues una operaci贸n s贸lo puede salir bien, en un cuerpo abierto lo regular no tiene cabida. 
En cuesti贸n de v铆sceras y sangre las medias tintas no pintan nada.

Aquel cirujano s贸lo nos vio una vez, no parec铆a un tipo fr铆o, y en lo suyo ten铆a fama de ser una m谩quina. Pero a aquel cirujano s贸lo lo vimos una vez, de manera r谩pida y atropellada, seguro que en lo suyo segu铆a siendo esa m谩quina. 
Sin embargo en estas tesituras el resto no somos m谩s que humanos, con el 煤nico recurso de encontrar valor y paz mediante la empat铆a, conexi贸n de lectura en los ojos para ampliar la mirada un poco m谩s all谩 de un as茅ptico sondeo de palabras.

Un poco de tiempo para el posible sanador, ya sea poniendo el 茅nfasis en los detalles de lo que pueda ocurrir, ya sea dilatando el encuentro en una visi贸n m谩s naif, seg煤n sea m谩s conveniente, que lo decidan los que de ello entienden. Unos minutos de vasta calidad bastan.
Un poco de tiempo para el posible sanado, para conocer al que le abrir谩, o para tener la sensaci贸n de que el abierto se est谩 dando a conocer, seg煤n sea m谩s conveniente, que lo decidan los que de ello entienden. Unos minutos de vasta calidad bastan. 

Qu茅 sabia fue Patricia Mart铆nez Mart铆nez cuando intervino al padre de Esther de pulm贸n, cirujana con manos de amiga y tono capaz de desinfectar las m谩s acojonadas almas. Sin disimular los peligros, sin esconder una sola piedra del camino. Menuda proeza.  

Aquel segundo cirujano tambi茅n era un buen hombre que debi贸 sentir mucho su carnicer铆a, Esther estaba convencida, igual que lo estaba de que las carnicer铆as eran m谩s probables cuando entre interventor e intervenido no hab铆a previamente m谩s que un formalismo g茅lido y r谩pido. A la buena suerte hay como m铆nimo que calentarla, pues a veces ni con eso.

Estando como estamos desprovistos de cualquier m谩quina del tiempo, no pudiendo ni cambiar una coma de este reciente pasado, quedaba 煤nicamente fortalecerse para seguir apostando por una estabilidad del mal, cronificar lo indeseable, hacerse colega de "La casta帽a", encontrar el modo de que no siga creciendo para so帽ar que se convierte en "pistacho". So帽ar es una valent铆a gratuita siempre, y adem谩s es l铆cita cuando se ha pagado lo vivido suficientemente caro.

Hab铆a que empezar por uno mismo, tocaba autoexplorarse, succionar necrosis emocional, amarse a uno mismo incondicionalmente para poder dar lo mejor. En este caso al m谩s importante de los dem谩s: EL PADRE.


El m谩s digno y saludable trabajo es la comprensi贸n y compasi贸n hacia ti mismo, nada que ver con compadecerse. 
Sanarse a uno mismo antes de proyectarse en el otro, luego intentar sanar a ese otro y, ya puedas lograrlo o no, gracias a la fuerza y la voluntad del intento sanar谩s as铆, a lo grande, una peque帽a herida a la Madre Naturaleza. 

No va de autopromoci贸n carnal, el amor hacia ti mismo se parece m谩s a un dibujo delicado que a un selfie maniatado.
Si te dibujas en lugar de sobre-retratarte ser谩n menos quienes te observen con energ铆a extra帽a, encuentra el deleite de la mirada m谩gica en ni帽os, animales y algunas adultas amabilidades.

Vamos a trazarnos, vamos a creernos, aunque sea por momentos, l铆deres de nuestra senda y, s贸lo entonces, de otras sendas. Para influir saludablemente no necesitaremos, jam谩s, ser popular.
Los aut茅nticos l铆deres, los que inspiraron cambios, nunca conocieron los LIKES, infinidad de ellos murieron en el anonimato, probablemente hoy tambi茅n lo har铆an.

Tienes derecho a ponerte cachondo con cualquier cosa, cualquier virtualidad que s贸lo busque salir del anonimato, pero seamos consciente de que lo inspirador no es tan est谩tico como uno mismo y su pataleta «influencer».
Lo inspirador es una cadena tan extensa de criaturas y voluntades que es imposible encontrar qui茅n la inici贸 y a煤n menos qui茅n va a culminarla.
Vamos a fortalecer ese diminuto eslab贸n que somos, para seguir luchando, sin creernos ni el 煤ltimo ni el primero. S贸lo somos.


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