Privado

He pasado muchos días del especial calendario sin escribir pero no me olvidé de él, el peor lado coincide a veces con el mejor, soy testaruda, no me olvido de lo que alguna vez me convenció. Pero la Navidad entretiene y hay que dejarse seducir por ella. Nunca le encontré nada malo, me sigue gustando aunque en ella me falte la persona más queridísima. 

De la Navidad me gustan sus reconciliaciones, el esfuerzo por ser más humano, y hasta la fingida solidaridad cuando veo a alguien sacar una moneda resulta dulce; y me encanta recibir Christmas, conservo desde que era chica, me reconforta cuidarlos y ponerlos en la mesa de cristal cada año sobresaliendo por el resto de la decoración. Nunca los publicaría.
Un blog, por exhibicionismo que aparente, puede crearse de manera que proteja más que exponga. Es otra faceta de su creatividad, medir y evaluar lo que no ha de salir de la torácica caja fuerte ni por fechas señaladas. Siento agradecimiento por atesorar tanto, y atesoro mucho precisamente por agradecer y valorar cada diminuto gesto. Pido no perder este superpoder que tanta paz me da. 

En mi diario privado escribo lo mejor que me ha pasado este año (sí, tal vez estés tú), rescato el brillo que hace desaparecer lo inservible como una papelera de reciclaje. Escribo los deseos para el nuevo, referentes a la salud y a los mundos afectivos de Yupi jijiji Y escribo con una fe irracional, como debe ser. 
Cuando "regresa" el fin de año no se me ocurre comprobar qué se ha cumplido y qué no, esto no va de apuestas, no me dejo cazar por la decepción. Va de seguir vivo y de intentar no equivocarse en las mismas cosas, si acaso en otras. De emocionarse con nuevas canciones, con las mismas personas o con otras. Este año he aprendido que el espejo que te pongan delante no lo decidimos del todo, por lo que mejor no encapricharse, porque la life te provoca un encuentro, se lo lleva, te lo devuelve o te lo quita para siempre; y es incontrolable y sorpresivo. Nosotros elegimos la playlist, la intensidad, el volumen y el propósito. 

A ti, que le das sentido a mi escritura leyéndome, te deseo un año de espejos con propósito.




 




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