FUCK THE REAL LIFE

Mucha suerte esta noche a todas las movies, claro que cada uno de nosotros más la desea para sus favoritas, en mi caso: Relatos salvajes, Birdman, Boyhood, La teoría del todo y Whiplash. Me ha faltado ver algunas, varias nominadas en habla no inglesa.

El amor por el cine se acentúa en todos los cinéfilos con el paso de los años. A medida que vamos dejando atrás la sensación de desconexión y entretenimiento que nos suponía echar el rato con una buena peli, nos adentramos en la deslumbrante sensación de sentir como posibles (si no propias) tantas vidas con las que no sólo calmar nuestra sed de sensaciones, sino con la que maravillarnos en la superación de expectativas, cosa que ocurre con infinita menos frecuencia en la sobrexplotada realidad. La decepción en el cine sólo es un mal menor que olvidaremos en breve, sin embargo, cuando en él se da la exitosa abducción, seremos capaces de amar miles de momentos de una historia a través de un solo fotograma.


 Con el transcurso de las vidas, el cine deja de ser un masturbador y una consolación virtual para proyectarse, a ciertas edades o en ciertos grados de conciencia, en todo un descubrimiento vital: la de maximizarnos con el talento de personas que necesitan ser también otras. Y no me refiero a sustituir realidades a través de algo irreal, me refiero a considerar como algo real lo supuestamente ficticio, pues demostrado ha quedado que un estímulo físico basta para crear una realidad en el plano mental, que es, en definitiva, el plano que todo lo determina cuando por los sentidos entra suficiente materia prima.

Hay muchísimos actores que me gustan... Por ejemplo, Ricardo Darín, al que nunca conocí y no por ello dejo de creerlo más real que la mayoría de tíos que técnicamente sí conocí xDD...

SIENTO, LUEGO NO INTERPRETo. Dejarse llevar por el cine sin considerar que todo se basa en una actuación, es de una magia similar a cuando en nuestro propio reality el enamoramiento te incapacita para percatarte de las trampas y fingimientos del otro.

They lost control.

Poco debería importarnos el descontrolado ego de los actores, si por encima queda el hecho de atreverse (con toda su carga vulnerable, de ridiculez, susceptible de explotar en cualquier momento) a proporcionarnos tantos viajes a ninguna parte; viajes a los que nos apuntamos a sabiendas de que cuando se enciendan las luces de la objetividad nada habrá sido y volveremos a enfrentarnos a las sombras que en toda existencia lucen, aquellas que considerar buena parte de nuestro oficial presente.

Y seguirás viajando con desconocidos, y seguirás eligiendo entre olvidar lo ocurrido o atesorar el visionado como una realidad que recordar y contar a otros con apasionamiento desinteresado.
Pues hablamos de personajes, con los que no necesitamos impostura; de ellos hablamos sin intereses, rencor ni argucias, con la autenticidad y naturalidad que tememos mostrar cuando somos poco más que carne y huesos al servicio de las propias circunstancias.

En FIN. 
Sucedió.

Raquel Bermúdez González
LaRakela 2015


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