HUMOR OJETUDO, QUIEN LO TUVO RETUVO.


Este 2023 ha sido cañero también a la hora de seguir recuperando el humor que caracterizaba nuestro día a día hasta el aplaste de marzo 2018

Durante los dos primeros años las únicas risas que oía fueron las del recuerdo encarnadas en el alma hermana, tu humor y tus ojos brillando en negro con las mismas bondades que él.
Luego aparecieron en mi boca sin yo reconocerme en ese sonido, sentía como si fueras tú descojonándote a mi costa, usando mi soporte. 
Estaba naciendo y debía aprender a reconocerme en cada peculiaridad, incluso en la risa. A partir del cuarto año ya me invadió ese placer hasta hacerlo mío, cuando fui consciente de su poder sanador entendí como revelación que nada había más importante que ser capaz de descojonarse en cualquier enjambre. Parodiarme a mí misma en medio de una tragedia que tentaba al suicidio me dio un poder que me hizo a veces soberbia con los demás, un mal menor y colateral del que también había que reírse.

 El lado absurdo de las preocupaciones mundanas era un cómic en el que a diario entraban nuevos personajes a cuál más entorpecido. Si estaba haciendo cola en el súper o para alguna gestión más seria, tuve que hacer esfuerzos para no reírme de cómo el mundo se levantaba, a diario y en primera instancia, para agobiarse por orden de llegada. 
No es que me sintiera superior, sino que podía desvincularme del funcionamiento ordinario y desintegrar los detalles. Y no, no tomaba drogas, ni legales ni ilegales.
Si eso me pasaba con las personas comunes, los profesionales del humor se me convirtieron en genios y en responsables directos de la evasión de millones de enfermedades mentales.
¿Por qué en el cole no había asignatura DESARROLLO DEL HUMOR? Con sin-razón el mundo se convertía en una puta locura.

Que este 2024 me encuentre con quienes me saquen tanta carcajada de graja como hizo mi hermano. 
Puedes perder a las personas, puedes enfadarte para siempre con alguien, pero el recuerdo de las risas con ese alguien ni muere ni se enfada jamás. 



Raquel Bermúdez González
LaRakeLa 2023



Ojete Calor, una simpática belleza de arte muy bailable

Amor y humor fue también nuestra bandera. La sigo izando, hermano.

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